Crimen narco: Los detalles de la noche en la que un joven fue baleado en Quillota

Publicado el at 22/01/2019
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La noche del domingo una balacera en la esquina de Condell y Freire hizo salir a los sorprendidos vecinos que, con horror, vieron cómo frente a sus casas un joven había sido asesinado a sangre fría

QUILLOTA.- La noche del domingo estaba por terminar. En el cielo una luna llena trataba de aparecer entre las nubes. En la agitada avenida Condell bajaba el flujo vehicular y los funcionarios del nuevo mall de San Isidro salían en dirección a sus casas.

De pronto, un lujoso vehículo Volvo se detuvo en la avenida Condell al llegar a la esquina de Freire, frente al semáforo y al servicentro Shell. En cosa de segundos, otro auto de color anaranjado se colocó por la pista central y desde la ventana, un pistolero le descargó cinco balas de acero calibre 9, las más grandes, las que se sabe que matan.

Los disparos atravesaron el vidrio delantero izquierdo del Volvo e impactaron en el cráneo y cuerpo de Nicolás Antonio Salinas Pizarro, un muchacho de 23 años, que murió pocos minutos después, pero que quedó con su gorro puesto, la cabeza echada hacia atrás en su asiento, con su cinturón de seguridad puesto y sangrando profusamente sobre su polera amarilla.

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Instantes después de los certeros disparos, el vehículo desde el cual dispararon contra el conductor, cruzó y dobló por avenida Hermano De La Fuente, cruzando las poblaciones de Quillota y en medio de la mayor impunidad. Iban en un vehículo grande, tipo SUV, todo terreno, color naranja o rojo. Eran las once de la noche.

En la avenida principal, completamente iluminada, frente a cuatro esquinas concurridas, junto a un servicentro y al Mall. Todo pasó como si viviéramos en lugares abandonados, sin Dios ni ley, sin policías ni autoridades, sin controles y casi con la seguridad que no serán detenidos tan fácilmente, como pasó con los asesinos de la Plaza de Armas, que todavía siguen prófugos, burlándose de la policía y la justicia.

La ambulancia del SAMU llegó muy rápido. Los paramédicos se bajaron y vieron que estaba solo, quieto como si estuviera muerto. Lo sacaron del vehículo y sobre el pavimento estuvieron tratando de reanimarlo cerca de 20 minutos, pero el certero disparo en la cabeza ya le había quitado la vida, esa que ellos aunque lo intentaron, no pudieron devolverle.

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Murió ante la mirada asombrada de cientos de personas que se encontraban en el lugar, que no podían creer lo que estaban viendo, como si fuera una película de terror. Decenas de vecinos de las casas del sector habían salido a las puertas de sus hogares, alertados por los disparos que rompieron el silencio de la noche.

Fue en ese momento que los cuatro activos funcionarios del SAMU lo cubrieron con un plástico naranja y lo dejaron junto a su ambulancia, en la calle, a la espera de los peritajes policiales.

Nicolás Antonio Salinas Pizarro tenía 23 años

Nicolás venía de haber estado compartiendo en la casa de sus padres, ubicada en la calle Diego Echeverría de la Villa Paraíso. Se despidió de ellos para ir a encontrarse con su pareja, en el hogar que comparten en el sector de la Población Manuela Figueroa. El cuerpo de Nicolás Salinas fue entregado a sus familiares desde el Servicio Médico Legal para velarlo en la sede vecinal de Lo Garzo.

INVESTIGACIÓN DEL CRIMEN DE QUILLOTA

Por disposición de la fiscal Imay Ortiz Pulgar, al lugar concurrió personal de la Brigada de Homicidios de Valparaíso, quienes estuvieron trabajando hasta cerca de las cinco de la madrugada a cargo del comisario Rodrigo Sánchez Guerrero, quienes determinaron que los impactos balísticos fueron realizados por un revólver calibre nueve milímetros, utilizado por los ocupantes del todoterreno.

Consultada la PDI, confirmó a este diario que Nicolás Salinas no tiene antecedentes legales, aunque trascendió que el valioso vehículo Volvo C-30 que conducía, al parecer sería propiedad de un amigo. Una fuente que pidió reserva, señala que lo vio en su propio Facebook con dos amigos, portando armas de fuego.

LAS POLICÍAS ANDAN PERDIDAS

Cabe recordar que los hechos de violencia se vienen sucediendo desde hace un par de meses y esto se debería al enfrentamiento de dos bandas familiares rivales, cuyos integrantes han intentado apoderarse del mercado para la comercialización de drogas en las poblaciones y cuyo enfrentamiento ha dejado al momento ya varios fallecidos, como así también lesionados en incendios y otros hechos que son investigados por las policías, como así también el Ministerio Publico, sin que hasta la fecha se sepan resultados concretos o se conozcan detenciones de narcos.

Combatir la inseguridad ciudadana es tarea del Estado y se espera que se tomen medidas inteligentes y eficaces parta controlar la situación en Quillota, donde cada vez queda más claro que los narcos mandan y las policías andan perdidas…

 

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