Todo parece indicar que falta más de un año para que tengamos una vacuna disponible

Roberto Silva Bijit

Se habla mucho de la vacuna, pero se saben pocos antecedentes concretos sobre los trabajos y los plazos para conseguirla.

Partamos señalando que en todo el mundo hay ocho centros de investigación que tienen algunos avances sobre la vacuna: cuatro en China, dos en Estados Unidos, uno en Inglaterra y otro en Alemania. Los demás científicos del planeta se proponen hacer aportes, pero no están encaminados a lograr una vacuna en el corto plazo.

Para poner paños fríos al tema, ya que se han adelantado anuncios que no son ciertos, se puede afirmar con bastante seguridad que estamos a uno o dos años plazo para tener la vacuna. Como dato hay que considerar que una vacuna puede demorar hasta 10 años en superar los ensayos en seres humanos y que la primera vacuna contra el ébola demoró 16 años, según informó el Instituto Internacional de Vacunas.

Lo importante de la vacuna es que se fabrique logrando que el sistema inmunológico de una persona la reconozca, para que produzca una estimulación en el sistema inmune de nuestro organismo y genere los anticuerpos. Para alcanzar esa meta hay que conocer muy bien al virus y la forma como actúa sobre las personas.

Algunos laboratorios creen que ya han logrado ese avance y por eso ellos han vacunado a algunos animales, que se mantienen en estudio. Mientras tanto, también han puesto la vacuna a seres humanos voluntarios de distintos países.

¿Qué esperan de esas vacunaciones?

Que sean seguras. Que combatan de verdad al virus. El laboratorio de la Universidad de Oxford tuvo un revés en un anuncio que hizo tras vacunar animales. No es un fracaso, solo un retroceso. La aplicación en humanos debe ampliarse, llegando incluso a personas en situación de riesgo por sus enfermedades preexistentes, para determinar la conducta del virus y de la vacuna. Los resultados debieran indicar que los beneficios para el organismo humano son mayores que los riesgos de vacunarse, es decir, de los efectos adversos que pueda producir la vacuna.

El siguiente paso es la vacunación y control exacto de miles de personas, para determinar finalmente si es beneficiosa, si detiene al virus y si debe ser producida en gran escala por los laboratorios.

Gracias a los millones de dólares que los diferentes países del planeta han aportado, a través de la Organización Mundial de la Salud, los laboratorios han podido ir desarrollando diversos programas para conseguir la ansiada vacuna anti Covid-19.

Es tanta la presión mundial por la vacuna que decenas de países (incluido Chile) ya han hecho pedidos de una vacuna que todavía no existe en el mercado. En otras palabras, le han pagado “en verde” al laboratorio, con la idea de ponerse antes en la fila de espera y poder recibir vacunas antes que otros países.

Chinos e ingleses son los que van más adelantados, pero nada importante pasará antes de un año, y si llegáramos a tenerla, tendrá que pasar otro tiempo más para que puedan producirla a nivel mundial. Por eso creemos que el cálculo de los expertos es razonable: nunca antes de un año o un año y medio.

En conclusión, la única vacuna que verdaderamente disponemos es nuestra decisión de quedarnos en casa, de tomar cada vez más precauciones frente al creciente avance del virus.