Ante la seguidilla de casos ocurridos esta semana en la zona, psicóloga del Hospital San Martín entregó orientaciones.
QUILLOTA.- En poco más de una semana se ha registrado una inusual seguidilla de suicidios. Se han conocido 4 casos de personas que se quitaron la vida y otros dos casos de suicidios frustrados.
El primer caso conocido fue el del futbolista amateur quillotano Rafael Ramírez Ramírez, quien falleció en el hospital el jueves 28, dos días después de intentar quitarse la vida. A él lo siguieron esta semana, la profesora jubilada de La Cruz, Ana Castillo Jaime, la día del lunes; el día martes el chef calerano Gonzalo Torres Buratti, y finalmente el joven de 23 años Bruno Iturrieta Berríos, la tarde del miércoles.
Ante estos acontecimientos que no deja de llamar la atención, es que los profesionales del área de la psicología hacen un llamado a prestar atención a las personas cercanas, pues son pequeños detalles los que podrían dar pistas de que alguna persona querida está pasando por un momento emocional difícil que podría derivar en un suicidio.
Así lo explicó Verónica Garay Moffat, psicóloga del Hospital San Martín y académica universitaria, al señalar que lo más importante es no minimizar los problemas de las otras personas e intentar apoyarlas.
Según señala, este tipo de hechos suelen ocurrir por los efectos culturales de un país. “Hay países donde la gente se suicida más. En el mundo se suicidan al año un millón de personas, por lo que este problema tiene una envergadura mundial. En los países donde hay más aislamiento y más soledad, producto de la competencia, porque la gente tiende a ser más competitiva, los suicidios son mucho más. Económicamente pueden ser países muy buenos, porque dedican mucho tiempo al trabajo, pero en lo social, queda muy poco para la conversación”, aseguró la especialista.
Respecto a los motivos que pueden generar esta decisión, estás se relacionan con el aislamiento y la soledad, además de la falta de comunicación, los problemas económicos y la presión que muchas veces otros ejercen sobre ellos.
Además, la especialista explica que los suicidios se generan con mayor intensidad en los momentos en que una persona está saliendo de su estado depresivo, pues es ahí cuando siente fuerzas para concretar su idea. Antes estuvo sumido en la pena o dolor y no tenía las energías para acudir a ningún método.
Así mismo, comenta que la tasa más alta de suicidios se encuentra en el rango de los adultos mayores, quienes utilizan métodos más mortales y efectivo, y sus actos son más premeditados y más reflexivos.
Finalmente, Garay explica que “el suicidio es una manera de escape a la presión. Hay un deseo ambivalente en la persona que se suicida, porque siempre quiere vivir y quiere morir. Para apoyarlos es necesario, en la primera etapa, tomar el contacto con la persona que presente algún síntoma de depresión. Segundo, conocer la dimensión del problema y luego buscar posibles soluciones. Posteriormente, tomar una acción concreta con respecto a esa persona y finalmente, hacerle un seguimiento”, detalló la profesional.
