Portazo a los millones de chilenos que vivimos en provincias

Publicado el at 18/07/2017
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opinion de funador del diario el observador
Roberto Silva  Periodista – Fundador de “El Observador”

Por más que tratan de explicarlo, finalmente no hay razones valederas para justificar la falta de eficiencia de los parlamentarios, el temor a perder poder, la tontera a la hora de fijar candidaturas, la desidia, el poco interés en abrir procesos que disminuyan la distancia entre la capital y las regiones, en fin, no hay como entender la diferencia entre el discurso y la acción.

Cuando los políticos hagan lo que prometen, cuando sean consecuentes entre la palabra y la acción, tendremos una nueva primavera democrática en Chile, que nos devuelva la esperanza en un poder legislativo serio y responsable.

Lo había prometido en el programa la Presidenta Bachelet, lo habían refrendado la mayoría de los partidos políticos, cada uno de los candidatos presidenciales lo repitió hasta el cansancio, sin embargo, no habrá elección de Gobernadores Regionales, un cargo que reemplaza a la figura del Intendente, pero en vez de ser designado por el Presidente de la República, es elegido por votación directa en cada región.

¿Qué ganamos con eso?

Tener una autoridad regional que pueda enfrentarse al gobierno, que pueda actuar con autonomía y que nos pueda defender de los grandes atropellos, como han querido hacerlo con la imposición de la central Los Rulos en Limache, sin que nosotros tengamos un Intendente libre que pueda actuar en consecuencia, que rechace la contaminación y el daño a la salud y el medioambiente de la zona.

Porque en torno a la región hay muchas reparticiones con recursos del presupuesto nacional que cuesta que sean invertidos porque hay una burocracia indecisa y poco comprometida, que impide estas inversiones”

Un gobierno regional encabezado por un hombre o una mujer elegida por voto popular, tendría grandes ventajas para todos los que vivimos en provincia. Si a esa autoridad le agregamos las competencias y recursos para que pueda moverse libremente, los beneficios en nuestro desarrollo y en nuestra calidad de vida, serían muy favorables para resolver antiguas aspiraciones jamás cumplidas por la capital.

Las competencias significan traslado del poder desde la Intendencia y otros, a la figura del nuevo Gobernador, empoderándolo, como tanto les gusta decir ahora, para que pueda cumplir cabalmente su función. Tener poder es decidir en forma autónoma. Junto con esas competencias, esas capacidades de gestión, el nuevo cargo iba a tener recursos asignados para el cumplimiento de su misión. Y esto es vital. Porque en torno a la región hay muchas reparticiones con recursos del presupuesto nacional que cuesta que sean invertidos porque hay una burocracia indecisa y poco comprometida, que impide estas inversiones.

Creemos que los políticos –todos, sin excepciones- nos han causado un grave daño al impedir que nuestro desarrollo pueda fluir con más libertad, administrado por un Gobernador Regional libre, que por un actual Intendente atado.

No hay que olvidar que la elección de Gobernadores Regionales, era la primera conquista de la Comisión de Descentralización designada por la Presidenta, lo que implicó hasta una reforma constitucional.

Esperemos que este retroceso se pueda reparar en las elecciones municipales de 2020, fecha en la que se estima podría estar toda la legislación ordenada para el indispensable cambio en las regiones.

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