Llayllaíno deslumbró con su sanguchería en programa de TVN

Publicado el at 2:29 pm
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El aconcagüino nos cuenta cómo fue salir de la comuna y ha sido su vida en el sur con su local “Mito” que ha crecido en los últimos años

LLAY LLAY.- Juan Gamboa es oriundo de Llay Llay pero lleva casi 20 años en Quellón, donde comenzó a ser reconocido por sus talentos en la cocina. Junto a su pareja, Alejandra Cárdenas, crearon un local que ha ganado una amplia notoriedad en la isla, el cual fue bautizado como “Mitos”.

Incluso, apareció el fin de semana recién pasado en el programa “Hacedor de hambre” de TVN, donde Juan relató su emotiva historia de esfuerzo y sacrificio antes de lograr el éxito, que nació en el Valle de Aconcagua.

Este talentoso cocinero tiene otros cuatro hermanos, de los cuales tres viven en Llay Llay y uno en Santiago. Se crió en el camino hacia el restaurante “Los Hornitos” y estudió en la Escuela E-15, de donde guarda gratos recuerdos.

A los 19 años su vida dio un vuelco radical, ya que decidió tomar otros rumbos. Se fue a la carretera 5 Norte y de forma venturosa llegó con solo $200 al sur del país. Después de pensar qué hacer de su vida, decidió comprar un kilo de harina, hacer pan amasado y venderlo. Fue ahí donde partió su lazo con la gastronomía.

“Hace nueve años que tengo el ‘Mitos’. Vi que no había lugares de venta de comida y me instalé con uno. Hacemos todo tipo de sándwich, con pollo, vacuno o cerdo. Siempre digo que nuestra gracia está en cómo hacemos las cosas: con harto cariño y tirando bien las carnes al fuego”, mencionó Juan, en relación al éxito que tiene con su emprendimiento.

A propósito del éxito de la sanguchería, Juan y su novia hacen cinco tipos de menú diariamente, logrando una mayor notoriedad en la comuna sureña. “Hacemos de todo. A muchos les gusta la lasagna de jaiba, que es una novedad”, comentó este llayllaíno acerca de su carta gastronómica.

Sin ir más lejos, su local se ha ido extendiendo. “Ahora tenemos una hostal, que cuenta con buenas instalaciones para recibir a los turistas. A la gente le gusta venir porque aquí siempre hay qué hacer. El visitante tiene dónde moverse y conocer”, explicó con orgullo.

Pero Juan no olvida a su natal Llay Llay. De hecho, estuvo para el Año Nuevo. “Ha cambiado Llay Llay, está bonito”, comentó desde Quellón, agregando que su novia le gusta la comuna de los vientos.

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