Limachina participó en Congreso Internacional de Apiterapia

Publicado el at 11:03 am
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Comenzó a tratar una parálisis facial que le afectó hace 8 años y ahora entrega sanidad a los demás con este mismo tratamiento alternativo

 

 

LIMACHE.- Susana Aros Salazar sufrió el año 2010 una parálisis facial debido a un complejo cuadro de estrés. Decidió viajar hasta el valle de Elqui para recibir un tratamiento de apiterapia, ya que su hijo tiempo atrás había logrado positivos resultados con esta técnica.

Al ver los notables avances conseguidos decidió investigar más de este asunto, estudiando en Santiago con la ayuda de algunos profesores pero también de forma autodidacta.

Una vez que adquirió una base teórica suficiente, se atrevió a entregar la misma terapia que le había dado sanidad años atrás y con la cual esperaba aliviar las dolencias de los demás.

Instaló su propia consulta en su casa, en la localidad de Los Laureles, donde en la actualidad recibe a pacientes de diferentes puntos de la región.

Esta misma experiencia la motivó a participar del tercer Congreso Internacional de Apiterapia, el cual se llevó a cabo en la ciudad de Quito, Ecuador, los días 22 al 25 de noviembre.

Allí, la apiterapeuta limachina compartió con Stephan Stangaciu, uno de los referentes mundiales en esta materia. “Aprendí que la apiterapia no solo es útil para aliviar a las personas sino también a los animales. Y otro de los elementos que me motivó a asistir era para conocer más sobre el propóleo, el cual tiene muchos beneficios”, destacó Susana.

 

BENEFICIOS DE LA APITERAPIA

 

La apiterapia es una forma de medicina alternativa basada  en el uso y aplicación del veneno de las abejas mielíferas, el cual se reconoce con el nombre de apitoxina. El tratamiento consiste en aplicar microdosis a través de las picaduras de la abeja, donde se utiliza el 10% del veneno total del aguijón.

Si bien es cierto en algunos casos la sensación de dolor puede ser mayor, bajo ninguna circunstancia significa un efecto adverso, salvo obviamente que el paciente sea alérgico a la apitoxina, lo cual se determina antes de iniciar la terapia.

“Generalmente, cuando una abeja pica a alguien en el campo, al intentar sacar el aguijón el veneno ingresa en su totalidad provocando dolor. Sin embargo, cuando la lanceta se saca de costado y no hacia arriba, el dolor es menor”, explicó la apiterapeuta limachina.

Los principales beneficios de la apiterapia radican en su alto poder analgésico y antiinflamatorio, además de otros efectos positivos ya que ejerce una acción vasomotora, hipotensora, anticoagulante, antidepresiva y antiviral, entre otros.

Respecto a las sesiones y sus efectos, Susana explicó que los cambios varían de acuerdo al paso de los días. Por ejemplo, entre la segunda y tercera semana es cuando el cuerpo más se reciente al veneno, ya que de forma natural el sistema inmunológico lo ataca al sentirlo como un agente invasor.

En ese momento, el efecto terapéutico aún es menor. Sin embargo, en la octava semana los efectos del veneno son prácticamente nulos mientras los resultados terapéuticos llegan a su mayor esplendor.

La apiterapeuta afirmó que los pacientes que más la visitan son aquellos que sufren de artrosis y otras enfermedades autoinmunes, como la fibromialgia, la artritis reumatoide, entre otras.

Un elemento importante a destacar es que, si bien es cierto las abejas mueren tras inocular su veneno, aquellas que son utilizadas para la terapia son aquellas que están fuera del panal, y por ende, cercanas a su muerte, ya que este noble insecto vive solo 50 días.

 

 

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