Roberto Silva Bijit
Es verdad que para lograr una vacuna contra el virus se están haciendo esfuerzos como tal vez nunca antes se hicieron en la humanidad, pero también es cierto que tenemos tiempo y dinero para mandar satélites a Marte en vez de estar todos, en todas partes, tratando de buscar la fórmula para matar al bicho.
El mundo está disperso, poco colaborativo, repleto de conflictos, sin mirar que la gente sigue muriendo, el virus sigue rebrotando y la normalidad se sigue alejando.
¿Se puede hablar de regreso a la normalidad sin vacuna?
No. Por supuesto que no. Sin vacuna no volveremos a la normalidad. Nos sentiremos inseguros, estaremos desconfiados y prejuiciosos. Volveremos a dar pasos firmes en las calles cuando estemos vacunados.
Saldremos del encierro una vez que tengamos certezas de no ser contagiados y arrastrados al oscuro túnel del Covid 19.
No existe por ahora -aunque algunos lo digan- fecha para la vacuna. Las probabilidades señalan que tendremos con mucha seguridad vacuna durante el segundo semestre del 2021. Eso dicen los expertos chilenos, que coinciden con los del extranjero. No antes de junio de 2021, o a contar de ese mismo mes. Antes del invierno es lo que están calculando. La única manera que esta fecha se adelante es que los resultados primarios sean tan positivos, que se comience a aplicar la vacuna masivamente.
Hasta el momento hay tres vacunas en la Fase III de su desarrollo, es decir, que ya casi tienen la fórmula y ahora comienzan a probarla. Para cumplir con ese protocolo deben inocular a millones de personas, certificadamente. Uno de los grupos que están avanzados con la vacuna son los del equipo Moderna, de Estados Unidos, que ya están vacunando a 30 mil voluntarios y midiendo sus efectos. Después de la primera prueba deben venir muchos miles más.
Para que una vacuna sea aprobada, debe dar certeza que al ser inoculada, deja inmune del virus al que la recibe. Para el Departamento de Salud de Estados Unidos (FDA), tal como lo anunció hace más de un mes, la vacuna será aceptada solo si es capaz de proteger, al menos, a la mitad de las personas que fueron vacunadas.
Chile no trabaja con los norteamericanos sino con los chinos, con el laboratorio Sinovac Biotech. Todos los esfuerzos nacionales están reunidos en el Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones, en el que han aportado económicamente el Estado y los privados. Los científicos de primer nivel que tiene Chile permitieron que China quisiera trabajar con ellos.
Lo que han anunciado es que nuestro país podría contar con al menos 20 millones de dosis para vacunar durante el próximo año a diez millones de chilenos, ya que son dos dosis. El testeo de la vacuna ya se está haciendo – al igual que en Estados Unidos- pero con tres mil voluntarios, principalmente del área de la salud.
El Presidente de la República y el Ministro de Salud han señalado además que los chinos no son la única alternativa y que han tomado contacto con Janssen, Oxford, Moderna y Cancino, que son también fabricantes de vacunas. Podremos acceder a ellas conforme a los convenios que se están estudiando.
Conclusión: no podremos volver a la normalidad mientras no tengamos una vacuna que se pueda aplicar en Chile. Y punto.
