La triada del éxito: relación laboral, empleabilidad y emprendimiento

Publicado el at 5:26 pm
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Daniel Tello Bahamondez
Jefe Comunidad Profesionales
Universidad Viña del Mar

Si bien hay algunos slogans que se hacen repetitivos respecto a las nuevas competencias que deben tener los profesionales. Existe de igual manera una incertidumbre sobre los nuevos modelos de negocios que van a cambiar la forma en que se empleará un profesional. Las cifras de desempleo muestran que la fuerza de trabajo asalariada va cayendo y que los empleos por cuenta propia van al alza.

Un tema adicional, y no menor, es lo que está ocurriendo con la tasa de desempleo femenino, de acuerdo a información entregada por el INE- correspondiente al periodo marzo-mayo- la tasa de desempleo llegó a 8,1%, registro que no se veía desde el trimestre móvil de marzo-mayo de 2012, cuando el porcentaje de mujeres desocupadas alcanzaba el 8,5%.

Estos datos muestran un panorama no muy alentador para los próximos años, pues será necesario cambiar la forma en que el país desarrolla su crecimiento, se deberán estimular las actividades económicas que generen un mayor valor añadido, priorizando en la modernización tecnológica junto con potenciar y extraer lo mejor del capital humano. Todo esto a través de la transformación estructural y política de las organizaciones, ya que sólo generando este cambio- que seguro será en un mediano plazo- podremos encontrar la vía hacia el desarrollo sostenible e inclusivo para combatir las desigualdades en el mercado laboral y facilitar el acceso al trabajo.

Pero, cabe preguntarse ¿cómo desde la academia hacemos para darle valor agregado a la empleabilidad? Según cifras del Consejo Nacional de Educación (CNED), el año pasado en Chile había un registro de 1.161.222 estudiantes en la educación superior que saldrían al mercado laboral y, por ende, aumentarían la oferta de profesionales existentes que tendrán que aprender a adaptarse a un mundo que no es el mismo que cuando ingresaron a estudiar.

Lo anterior se responde mediante la entrega de herramientas, pero considerando la crisis económica y la difícil situación que se presenta en materia de empleabilidad. Para ello las universidades tienen la responsabilidad de vincular la educación con el mundo del trabajo, ya no podemos pensar en entregar herramientas a los futuros profesionales con la finalidad de buscar el empleo de manera convencional, postular a través de un portal de empleo y esperar el llamado a una entrevista, pues esa forma de emplearse venía en decadencia y la cual se agudizó aún más con la pandemia.

Hoy las universidades debemos entregar herramientas para la formación de un profesional más integral, es decir, capacitarlos para que adquieran conocimientos en aspecto asociados a la inserción laboral, pero sobre todo, abrir la mirada de los futuros profesionales que les permitan generar su propio emprendimiento incorporando aspectos de innovación y ecosistemas de emprendimiento, especialmente entregando las herramientas necesarias para que trabajando en equipo el estudiante logre reconocer oportunidades, evaluar su viabilidad y presentarlas frente a potenciales necesidades.

La única certeza que tenemos frente a esta crisis sanitaria, es que el cambio en los mercados laborales será constante, por lo que los trabajadores y las industrias deben estar conscientes de este nuevo panorama, aprender a adaptarse y tener la actitud de estar en constante aprendizaje es uno de los desafíos que ambas partes deben asumir.

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