La megasequía instalada en nuestra región seguirá creciendo

Publicado el at 7:22 pm
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Roberto Silva Bijit

Creer que estamos en un año malo es no entender nada de la aguda crisis que estamos viviendo con el agua. No hay años malos, sino una megasequía que -como lo han dicho todos los expertos- solo tiende a crecer.

La megasequía obedece a uno de los efectos del cambio climático, por lo tanto, a la menor cantidad de agua caída y al avance del desierto en la medida que el agua se va retirando de un lugar. La temperatura seguirá subiendo en las próximas décadas, generando una enorme cantidad de problemas.

El asunto del agua es más serio de lo que parece que entendemos. Por lo menos, los gobiernos de los últimos cincuenta años, al no realizar una fuerte inversión en defensa de los recursos hídricos (tranques, acumuladores, embalses) lo único que han hecho es condenarnos a una sequía vitalicia.

Mientras las autoridades, los políticos, los gremios, las asociaciones de productores y la comunidad discuten sobre quién o quiénes son los responsables, el drama sigue avanzando por nuestros campos, los árboles se siguen secando y los animales muriendo. De fondo, el camión aljibe repartiendo agua en las casas rurales, mientras que el pozo de la APR (Agua Potable Rural) sigue teniendo los mismo cinco metros de hace veinte años y el mismo motorcito de una pulgada para sacar el agua. Cero inversión para renovar los sistemas rurales que abastecen a las familias que viven en los lugares más alejados de los centros urbanos.

Para entender lo que está pasando solo basta con mirar los terrenos secos, los esqueletos de los animales y los árboles cortados.

No es mucho lo que hay que discutir para comprender que haber declarado la Zona de Emergencia Agrícola y Ganadera es completamente insuficiente y que el Gobierno, sin darse muchas vueltas, debe actuar rápido y con decisión, declarando a toda la región como Zona de Catástrofe, abriendo de ese modo un flujo de recursos que hoy se encuentra estancado.

Una buena parte de los dineros que fueron asignados con la Zona de Emergencia hasta hoy día todavía no llegaban y los han seguido tramitando, con lo cual el Gobierno ha ido quedando como insensible frente a la crisis del agua. Se requiere una intervención más rápida y expedita, como podría ser el manejo de fondos para catástrofes por parte de la Intendencia. Siguiendo ese camino los fondos se podrían derivar mejor y más velozmente.

La gente del campo viene sintiendo que cada año las condiciones son más difíciles, que cada vez cuesta más enfrentar la realidad climática, la realidad económica y la realidad de producción. El campo está cambiando y seguirá creciendo esa tendencia, porque los problemas son mundiales, y las decisiones para enfrentarlos son locales. Si no reaccionan pronto, las intervenciones locales también tendrán menor efecto.

Proponerse que no se pierda una gota de agua más en el mar no debiera ser algo imposible, sino por el contrario, todo un plan diseñado para recogerla, encauzarla, acumularla y usarla en beneficio colectivo.

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