La Calera: Banda de matones secuestró, agredió y amenazó con asesinar a joven sólo por ser gay

Publicado el at 16/10/2020
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Una noche de horror vivió la víctima, que fue sometida y arrastrada por un vehículo en el que iban cuatro sujetos que usaban jockeys y cadenas

LA CALERA.- A eso de las 23 horas del domingo 4 de octubre, un joven de 24 años caminaba por una avenida del sector poniente de La Calera. Venía de una fiesta en una villa cercana y recién había acompañado a un amigo hasta su condominio. Su casa estaba a una media cuadra y aquel viaje nocturno era normal para él.

Pero esa noche las cosas fueron diferentes, ya que estuvo a punto de ser asesinado. Mientras caminaba el escaso tramo entre la casa del amigo y la suya, en la soledad de la noche y con toque de queda, una camioneta gris -estilo jeep- se acercó a él. Tenía atrás una rueda de repuesto cubierta con una funda negra y avanzaba sigilosamente.

Minutos antes, el joven la había visto pasar. Había en su interior cuatro hombres, entre 23 y treinta años, que parecían ebrios o drogados. Llevaban cadenas y se cubrían la cabeza con jockeys. Apenas se detuvieron, los cuatro sujetos le gritaron al joven palabrotas sólo por ser homosexual.

Él trató de no hacer caso y siguió su rumbo. Sin embargo, tres de los tipos se bajaron, se acercaron y comenzaron a golpearlo, enrostrándole su orientación sexual. Mientras lo agredían, le exigieron que los llevara donde el amigo que lo había acompañado hasta hace un rato.

UN CRIMEN DE ODIO

Entre los golpes y los insultos, el joven no pudo soportar más. Les dijo que vivía cerca, pero era un condominio donde sólo los habitantes podían entrar. Igual los llevó hasta allá. Aunque gritaron para que les abrieran, nadie salió. Entonces, los cuatro sujetos se enojaron más.

Tomaron al joven y, entre golpes e insultos, lo lanzaron dentro de la camioneta. Unos de los tipos, gordo y sudado, se sentó junto a él en el asiento de atrás. El otro espacio lo ocupaba un hombre que no paraba de insultar y decir que los odiaba por sus orientación sexual.

Adelante iba el chofer y uno más. Entonces, pidieron ir a la casa donde se había hecho la fiesta. El joven, amenazado por más golpes, dijo que los llevaría. Entraron en la camioneta a la villa y no se veían muchas ventanas iluminadas. De pronto, el joven, les mintió y les señaló una casa cualquiera del lugar. Los sujetos se bajaron y gritaron, pero no salió nadie.

Cuando se dieron cuenta que habían sido engañados, se ensañaron más. Lo amenazaron con cortarlo con unas botellas y llevarlo hasta el río donde lo iban a matar. Lo decían con una seguridad que era creíble. Incluso la víctima, en su miedo, también pensó que lo eliminarían. Entonces, se dio cuenta que estaba en el asiento de atrás pero junto a una de las puertas.

LO ARRASTRARON

De pronto se atrevió, levantó el seguro y trató de salir con el vehículo en marcha. Pero no alcanzó a zafarse completamente, porque el tipo gordo que iba a su lado le tomó una pierna. Los siguientes minutos fueron terribles para el joven. La camioneta siguió su curso por las calles de la villa mientras él golpeaba su otra pierna, el rostro y las manos contra el pavimento.

El joven gritó de dolor y de miedo en medio de la noche. El sujeto que lo mantenía agarrado lo seguía golpeando. El joven también trataba de zafarse a patadas hasta que consiguió soltarse y caer al asfalto, en un pasaje de la villa. Se arrastró, mareado por el golpe y el miedo, mientras tres de los tipos se bajaron con intenciones de seguir agrediéndolo.

Sin embargo, alcanzó a llegar a la casa de su amiga, donde se había hecho la fiesta. Gritó con todas las fuerzas que le quedaban y esta vez lo escucharon, de la casa de la persona que conocía y de otras. Algunas luces de los segundos pisos se prendieron. La joven abrió la puerta e increpó a los agresores, mientras el joven entró con ella. Se sentían gritos en la noche desde las casas cercanas.

La camioneta con los cuatro sujetos dejó los callejones de la villa. La joven llamó a Carabineros y a Paz Ciudadana. Entonces, el agredido se dio cuenta que estaba herido en varias partes de su cuerpo y quiso ir al hospital para que lo curaran. De los cuatro sujetos, no se ha vuelto a saber, pero hay cámaras de seguridad en un espacio de la villa y por allí podría saberse algo del vehículo.

Recién a eso de las doce de la noche la paz volvió al barrio donde ocurrió este brutal hecho de violencia. El tema lo tiene la justicia y detrás del drama que vivió el joven, que se transformó en víctima, hay un delito engendrado por el odio y la discriminación debido a su orientación sexual.

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