Artistas locales entregaron sus miradas sobre el estallido social y la necesidad de que las expresiones culturales lleguen a todas las comunidades
QUINTERO.- La tarde del 19 de octubre, una fila de vehículos de Fuerzas Especiales cruzó el paso bajo nivel que marca el ingreso a la zona urbana de Quintero. En fila avanzaban hacia el centro de la comuna, donde cientos de personas se manifestaban. Era el inicio del estallido social, eco de un movimiento que comenzó en Santiago y que se expandió con una rapidez histórica por el resto del país.
Con la llegada de las cacerolas, los helicópteros militares no demoraron en rondar las poblaciones altas de la comuna. Los heridos por perdigones y algunas barricadas les seguirían al día siguiente. Todo penetraba con rapidez en los ojos de los vecinos, los mismos que solo un año atrás habían lamentado la intoxicación de más de mil niños y niñas por una sustancia que hasta hoy se desconoce.
Muralistas y cantantes se encargarían más tarde de tomar las escenas y convertirlas en arte. La comunidad sabe de sus trazos y ha escuchado sus letras, ya que hoy son ellos quienes cuentan cómo consiguieron darle forma a los sufrimientos y a las esperanzas de los quinteranos.
Desde su casa en Ritoque, la muralista Elvira Valenzuela Murillo contó cómo las demandas sociales han llegado a las paredes de la comuna, asegurando que el gran tema político que ha impulsado el último tiempo es la transgresión del medioambiente.
“¿Y por qué el muralismo? Porque rescata la demanda social de los pueblos (…) En el fondo son fotos al pueblo y vamos a ver enriquecido el patrimonio cultural con los diferentes estilos que existen. Yo hace años que no pinto un mural sola, desde que estoy en esta zona lo hago con la gente. Hice uno con una toma en el cerro La Cruz, donde trabajé con mujeres y niños, porque no me interesan los productos, sino el proceso”, recalcó.
En este sentido, advirtió que durante las movilizaciones del último mes las violaciones a los Derechos Humanos han sido un tema que se ha visto reflejado en las paredes, tanto desde el muralismo como desde el arte callejero espontáneo. Y por lo mismo, no descarta la creación de una nueva obra que se sumaría al mural de tapas más grande del país que realizó en Quintero en 2014.
“Yo encuentro que lo que está pasando es lo mejor que nos puede suceder como país, porque estamos muriendo, estamos quedando sin ojos, estamos siendo violadas y golpeadas por reclamar nuestros derechos y cambiar un sistema que ya está quebrado. Mi sentimiento es de profundo dolor por las víctimas, pero también de gratitud y esperanza para que esto no sea en vano. (…) Con mis murales yo elijo educar”, replicó.
EN LA CALLE
En septiembre de 2018, en medio de la Alerta Sanitaria decretada en la bahía, Constanza Zamora, conocida en la escena musical como Cono Ramone, compuso la canción “Voy hacia el Mar” donde relató la experiencia de miles de vecinos que marcharon en rechazo a las industrias.
“Fue una canción para apoyar el movimiento que vivíamos en nuestra zona y que da un aliento y apoyo a que sigamos luchando por nuestros derechos. Siento que todo el movimiento social que se está viviendo era completamente necesario, creo que por años nos hemos manifestado en las calles de manera pacífica exigiendo nuestros derechos, los cuales nunca han sido escuchados”.
Lamenta que hayan tenido que vivir varias crisis ambientales para que se comenzaran a tomar medidas en la bahía. Y con ello, criticó la poca inversión que se realiza en el arte y también en las personas a nivel local.
“Faltan los espacios, sobre todo en comunas pequeñas. Chile es un país que no invierte en el arte ni en las personas. En general, los chilenos somos reacios a lo nuevo, entonces en este contexto es difícil llevar tu música a más personas. Aparte la industria musical sigue siendo machista”, cuestionó.
Sin embargo, no deja de considerar la música como un medio para canalizar “nuestros sentimientos, la música siempre ha estado presentes en todos los movimientos sociales, no es menor que el movimiento haya naturalmente elevado música de Víctor Jara, Jorge González o Violeta Parra como símbolos de las demandas”.
Desde la misma escena, Jorge Riquelme, presidente de la agrupación QuinteRockeros, de la que también es parte Constanza, insistió en que los espacios en la bahía siguen siendo reducidos. Sin embargo, momentos como las movilizaciones han dejado ver la gran cantidad de artistas que trabajan para mostrar lo que está ocurriendo.
“Hay bandas locales que están escribiendo con respecto a lo que pasa y se han presentado en actos de carácter cultural y masivo, para poder crear un poco de conciencia. Hay cosas que se han hecho con respecto a movilizaciones que han funcionado, como el año pasado con el “Chile Un Solo Territorio”. Pero acá, a diario faltan espacios, y los que hay, para pedirlos hay que pasar por burocracia. Pero igual están las bandas que quieren entregar sus mensajes”, comentó.
