Bastián Benítez dice que Rodrigo Montenegro, quien está grave en la UCI, lo agredía constantemente
SAN FELIPE.- A eso de las 12:55 horas del pasado martes, el pasaje Renacer del sector de El Asiento se vio alterado por una insólita y violenta riña entre dos jóvenes, lo que no es para nada común en esta localidad.
En plena vía pública quedó sangrando Rodrigo Montenegro Montenegro, de 25 años, luego de haber recibido una certera estocada en el costado derecho de la ingle de parte de otro sujeto.
El herido caminó varios metros hasta llegar a la casa de familiares, quienes lo asistieron y llamaron a una ambulancia que lo trasladó hasta la Unidad de Urgencias del Hospital San Camilo.
El agresor, al ver que Carabineros de la Segunda Comisaría cerró el perímetro, se entregó dos horas después. Se trata de Bastián Benítez Montenegro, de 24 años, quien se acercó a los uniformados y dijo ser el atacante. Quedó detenido y pasó a control de detención al día siguiente en el Juzgado de Garantía de San Felipe.
Mientras tanto, el herido, que quedó con riesgo vital, fue intervenido quirúrgicamente la tarde del mismo martes en el centro asistencial sanfelipeño para ser derivado por la noche hasta la UCI del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar.
ALEGA LEGÍTIMA DEFENSA?
Tras ser formalizado, “El Observador” conversó con el agresor Bastián Benitez, quien alegó “legítima defensa, ya que “no es la primera vez que él me atacaba”, dijo.
Visiblemente afectado, el joven relató que su reacción responde a una serie de humillaciones que, en este caso la víctima, había cometido en su contra llevándolo a un punto sin retorno. “No es primera vez que tengo problemas con él, ya es cuarta vez que me ataca. Yo iba a trabajar y justo me encontró en el pasaje y me atacó. No hubo provocación antes. La verdad es que jamás he hablado con él y no entiendo por qué me ataca”, aseguró Bastián.
Es por esto que en la audiencia ante el Tribunal de Garantía, Bastián Benítez alegó “legítima defensa”, puntualizando que decidió atacarlo con un arma blanca porque asegura que ya no le quedaba otra alternativa. “Lo único que atiné fue a taparme la cara y preguntarle por qué me estaba pegando. Él me atacó solo y de la nada. Nos encontramos y su primera reacción fue golpearme. Yo, mientras él me golpeaba, le preguntaba por qué me pegaba y me decía: `porque quiero”.
