Conozca la historia de Yasmara Muñoz, una joven andina que cada día lucha por enfrentar su discapacidad

Publicado el at 11:23 am
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El fin de semana pasado, Yasmara fue por primera vez al estadio a vivir su pasión azul

LOS ANDES.-“A pesar de haber nacido parapléjica y la cantidad de cosas que me han pasado, ¡amo la vida!” Esta frase pertenece a Yasmara Muñoz Aracena, una joven andina de 29 años que más allá de las dificultades propias de vivir en situación de discapacidad, ha decidido triunfar en la vida con sus propias armas. Su alegría y entusiasmo contagia a quienes la conocen, demostrando que no hay excusas para ser felices.

Eso sí, sus años de infancia fueron duros, sobre todo por lo difícil que le resultó aceptar su situación. “Cuando era niña, y aunque parezca crudo, lo único que quería era suicidarme. No entendía lo que me pasaba y me sentía inútil. Gracias a Dios en la escuela no me discriminaron y eso me fortaleció mucho. De hecho, hasta el día de hoy mantengo contacto con varios compañeros que admiran todo lo que he logrado”, aseguró Yasmara.

Sus recuerdos en la Teletón provienen de su más tierna infancia, ya que según contó, a los tres meses de vida fue llevada hasta el instituto ubicado en Santiago. “Gracias a ellos, hoy soy lo que soy, ya que aprendí a ser autovalente. Si no fuera por la Teletón, muchos discapacitados no hubiésemos salido adelante”, afirmó.

Ella formó parte de los procesos de rehabilitación hasta los 13 años, pero por diferentes razones no pudo continuar hasta los 21, edad en la cual generalmente se cumplen los ciclos. De todas maneras, los logros alcanzados fueron suficientes para entregarle una mejor calidad de vida y la posibilidad de comprender que no hay más límites que los que cada cual se autoimpone.

SU PASIÓN POR LA LEY Y EL FUTBOL

Una de sus obras favoritas era un chuncho, escudo de la Universidad de Chile, el club de sus amores. Ésta se encontraba colgada en su habitación, hasta que un día decidió que debía tener otro dueño.

Y quien posee ahora esta figura es ni más ni menos que Beto Cuevas, voz y líder de La Ley. ¿Cómo llegó esta artesanía hecha por una mujer andina a manos del famoso cantante? Gracias a un concierto que él realizó en marzo de este año en el Casino Enjoy de Rinconada.

“Me invitaron al concierto del Beto Cuevas y dije: esta es mi oportunidad de regalarle uno de mis bordados. Por el valor de las entradas estaba lejos del escenario, pero me guiaron más adelante. Después me llevaron al final del concierto hasta el camarín de Beto y yo no lo podía creer. Conversamos un buen rato y pude entregarle mi regalo. Me trato tan bien, de igual a igual, por lo que pude sentir que es una persona especial. Le pedí permiso para darle un beso y me dijo: dale no más”, recordó con alegría.

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