Con el “Día del Caldillo de Congrio” celebran el cumpleaños de Pablo Neruda

Publicado el at 11:32 am
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El restaurante “Capri” de Valparaíso decidió instaurar el “Día del Caldillo de Congrio” para celebrar el cumpleaños de Neruda (12 de julio), ofreciendo a sus clientes el famoso plato preparado exactamente como señala el poeta en su oda, que termina siendo la receta completa.

opinion de funador del diario el observador
Roberto Silva – Fundador de “El Observador”

Ayer se celebraron los 114 años de su nacimiento, con actos en diferentes partes del país, porque Pablo Neruda está hoy tan vigente como antes, tanto que parece que la muerte de su cuerpo no tuviera nada que ver con su obra, que sigue entusiasmando a lectores de todo el mundo.

Pocos poetas de la tierra han sido traducidos a tantos idiomas. Sus “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” han sido leídos por millones de enamorados y por amantes de la poesía, transformándose en una obra clave de la literatura universal.

Chile tiene dos premios Nobel en Literatura y los dos en poesía. Tanto Gabriela Mistral como Pablo Neruda marcan con sus creaciones la historia de nuestro país, pero además, con su prestigio nos representan en el mundo entero.

Escribió mucho y nos dejó un legado interesante. Si Usted todavía no lee a Neruda, vayan algunas claves para gozar su obra.

Lejos los mejores poemas de amor que escribió se encuentran en ese libro maravilloso, “Los Versos del Capitán”, que compuso en homenaje a Matilde Urrutia, mientras la amaba frenéticamente en la isla de Capri en Italia.

Su poema épico “Canto General de Chile” es una revisión potente de nuestra historia, con una mirada americana sobre el destino del país en el concierto de repúblicas que buscan democracia y justicia, pero también es un canto a nuestra naturaleza, a la fuerza de nuestra tierra y su gente.

Están los sonetos de amor y también las odas, cientos de odas a las cosas más simples y hermosas de la vida. En ellas transforma en poéticos los objetos que vemos y tocamos todos los días.

Leo a Neruda desde la época de la universidad. Disfruté con su “Estravagario”, un libro insolente y bello. Me sorprendieron sus viajes y su manera de amar el bosque y sus insectos, la lluvia o las enredaderas.

Al recibir el Premio Nobel de Literatura en 1971, pronunció un discurso brillante, una de sus mejores piezas, en las que plantea la esperanza de los poetas ante la vida, en que muestra el valor de su canto.

Muchas veces se le acusa de haber escrito textos políticos, lo cual es cierto. Tiene algunos versos que ensucian su obra, que lo alejan del valor poético universal de sus poemas. Pero no por eso se puede afirmar que por ser militante comunista su poesía es mala, como he escuchado más de alguna vez en boca de gente que no lee.

Ni su militancia pudo disminuir el valor de su creación. Más allá de su ideología, hay la fuerza arrolladora de un hombre capaz de escribir los versos más hermosos.

Nada es más reconfortante para comprobar lo afirmado que volver a la lectura de nuestro Neruda, que reencontrarnos con su obra y que disfrutar de su ingenio.

Hay pocos poetas de la altura de Pablo Neruda y también de nuestra Gabriela, pero nosotros parece que no supiéramos que los tenemos tan cerca. Les invito a leerlos y ojalá con un buen caldillo de congrio y unas copas de vino blanco.

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