Caleranos en España e Italia cuentan la dura realidad que viven por causa del Coronavirus 

Publicado el at 24/03/2020
1371 0

Katherine Urquieta reside en Barcelona y Cristian Villegas viajó como turista a Roma 

LA CALERA.- Son varios los caleranos repartidos en el mundo, especialmente en países de Europa, donde el Covid-19 ya ha cobrado víctimas fatales, por lo que se han tomado medidas extremas para evitar la propagación del virus. Por cierto, estas acciones han llevado a cambiar drásticamente las costumbres y el día a día de los habitantes de estos países.

Italia y España son dos ejemplos donde los efectos de esta pandemia se han dejado sentir de la manera más cruda. En Italia los fallecidos suman más de dos mil 500 y los infectados son 23 mil en total, cifras que hablan de la gravedad de esta enfermedad.

En España, en tanto, los contagiados crecen cada día y, al cierre de esta nota, el número de casos diagnosticados casi alcanzaba los 12 mil, mientras que 501 personas ya han muerto producto del Covid 19.

MEDIDAS TARDÍAS EN ESPAÑA 

Katherine Urquieta Castillo vive hace dos décadas en el centro de Barcelona, España, pero antes de hacer su vida en Europa estudió en el Colegio Teresa Brown de Ariztía de La Calera y luego en el Colegio Francisco de Miranda de Quillota. La oriunda de la Población Cemento Melón también estudió geografía, en la Universidad de Playa Ancha

Y desde Cataluña conversó con “El Observador” para contar cómo vive ella y su entorno esta crisis mundial de salud. Mientras detalla aspectos del diario vivir, el diálogo se interrumpe por algunos minutos, pues a las 20 horas ella y todos los vecinos de los departamentos del sector donde vive salen a los balcones para aplaudir y manifestar su agradecimiento al trabajo de los funcionarios de la salud, que trabajan combatiendo el Coronavirus.

Por su trabajo con personas con discapacidad intelectual debe salir de su departamento, pero reconoce que lo hace guardando todos los recaudos necesarios. “Voy a trabajar y vuelvo. Cuando subo al metro no hay casi nadie, y si hay gente en los vagones, la distancia entre ellas es mucha. Trato de ir a un horario para no ponerme en riesgo. Hay anuncios en todos lados para recordar a las personas mantener la distancia”, explica esta calerana que partió en 2001 a España.

“En las calles no se ve a nadie, solo una que otra persona que sale a pasear al perro -como yo-, pero nadie más. Lo que son restaurantes o cafés están todos cerrados. Todo lo que tiene que ver con alimentación como carnicerías, verdulerías, fruterías y supermercados están abiertos”, explica Katherine Urquieta, quien valora el que todos han sido muy respetuosos y conscientes, pese al nivel de paranoia que se ha generado. “La gente ha tomado consciencia porque entienden que mientras antes pasemos esta crisis, es mucho mejor”.

Hace una semana se decretó el estado de alerta en España pero, desde antes incluso, el alcohol gel se agotó. Sin embargo, para ella este producto es su fiel compañero cada vez que sale de su departamento. “Lo uso a cada momento. Intento no tomar nada con las manos, utilizando mucho el codo”, explica.

Esta profesional calerana cuenta que Igualada, una ciudad cercana a Barcelona, tomó la decisión de prohibir salir a trabajar, encontrándose prácticamente aislada del resto de Cataluña. Su familia en La Calera está preocupada por ella. “Me piden que no salga y es entendible. Yo trato de tranquilizarlos a la distancia. Yo acá he debido dejar de ver a seres queridos. No puedo ver a mi pololo ni a mis amigos”, comenta, junto con reiterar que ya no se puede hacer la vida normal como se conocía hasta antes de esta epidemia.

“En España la respuesta y la reacción del gobierno fue bastante tardía. Se demoraron en asumir la cuarentena y el confinamiento de las personas en sus casas. Se han tomado medidas pero tarde, y lo recomendable es lo contrario. Eso sí, esto depende mucho de la toma de conciencia de la comunidad, de todos nosotros”, puntualiza, a propósito de las medidas del gobierno español como respuesta a esta pandemia.

ROMA EN CUARENTENA 

Cristian Villegas Arancibia es hijo del conocido comerciante local Emilio Villegas, quien tiene una maestranza en Artificio y un local de venta de pernos en calle Caupolicán. Estudió en el Liceo Industrial Oscar Corona Barahona y egresó de la especialidad de instalaciones eléctricas.

Viajó hace un par de semanas a Italia, ya que su idea era hacer turismo y aprovechar además de presenciar uno de los clásicos del fútbol italiano. Sin embargo, a poco andar, la situación fue cambiando drásticamente. 

Durante los primeros días todo era normal y la cantidad de turistas en la capital italiana era mucha, como de costumbre. Todo funcionaba normalmente y las visitas al Coliseo y el Vaticano eran constantes y con gran presencia de extranjeros.

Pero a medida que el Covid-19 comenzó a expandirse y los casos de contagiados y de fallecidos creció, todo cambió. El campeonato de fútbol italiano se suspendió, por lo que la idea de este calerano de ir al estadio no fructificó. 

“Cuando llegué a Roma estaba todo muy tranquilo. La gente andaba sin problemas por las calles y solo se preocupaban de tomar medidas como usar alcohol gel, mascarillas y mantener la distancia, pero hace pocos días se comenzaron a tomar otras medidas”, señaló desde Roma, donde se encontraba a la espera de poder regresar a nuestro país.

Este calerano, que se encuentra alojado en un hotel romano, comenta lo que se comenzó a vivir en esta ciudad italiana, donde la cotidianeidad cambió drásticamente. “Todos los restaurantes están cerrados; en los supermercados no pueden atender a más de 10 personas adentro. Se hacen filas para poder ingresar. Los italianos andan con desconfianza y el contacto físico es casi nulo”, comenta Cristian Villegas.

Explica además que en las calles se pueden ver a policías y militares resguardando y fiscalizando a la comunidad. A diferencia de hace una o dos semanas, las calles están vacías, reflejo de una emergencia que ha significado una gran cantidad de muertos.  

Al igual que otros extranjeros y chilenos, Cristian Villegas ha tenido muchos problemas para regresar a nuestro país. Vía Iberia este calerano debía volar a Chile, previa escala en Madrid. Sin embargo, esta línea aérea canceló todos sus vuelos. “Nos dejó tirados en Roma. Con otros chilenos estamos tratando de encontrar un vuelo directo a Chile. Fui al consulado y tuve cero apoyo”, explicó.

Reconoce que su idea es salir pronto de Italia, preocupado por las alarmantes cifras de infectados por Coronavirus y desea hacerlo antes que los aeropuertos se cierren, algo que aún no sucede. “Acá me he encontrado con otros chilenos, 10 aproximadamente. Una de ellas, por ejemplo, vive en España y debió viajar en barco para regresar, pues no había vuelos a ese país”.

La situación ha cambiado tanto que “la cantidad de gente que anda en las calles disminuyó notoriamente por el confinamiento o cuarentena. Muchos italianos no salen de sus casas ni al supermercado, y si es que compran algo, lo hacen por Internet y les llevan lo solicitado”, comenta este calerano varado en uno de los países con más casos de Covid-19 en el mundo.

Comentarios